PARA LAS FAMILIAS

Soy consciente de las dificultades que tienen las familias de hoy, pero también estoy convencida de que sólo desde la coherencia de criterios podremos hacer maduros a nuestros jóvenes. Aquí encontraréis enlaces y consejos para cooperar conmigo en la labor educativa.

¿QUIERES SABER CÓMO LE HA IDO A TU HIJO/A EN EL INSTITUTO? Esta infografía te ayudará 

 ¿RECURRES AL GRITO SIN DARTE CUENTA? 

Aquí te dejo un artículo que puede serte útil si quieres dejar de gritar a tus hijos

CARTA A LAS FAMILIAS DE MIS ALUMNOS DE TERCERO
Queridas familias:
Navegando por la Red me topé con uno de esos artículos, tan recurrentes últimamente (“10 frases que nunca debes decir a tu jefe”, “11 señales para averiguar si tu pareja te es infiel” “25 formas de vetetúasaberqué”), pero que me hizo pensar en vosotros. Se trata de un artículo sobre el refuerzo positivo en nuestros hijos. Os lo enlazo AQUÍ, por si os interesa leerlo entero, pero os resumo las “Nueve cosas que no debes decirle a tu hijo
1ª.- “Estoy ocupado”. Con esta frase tu hijo internaliza que cuando te necesita tú no estás ahí, y terminará no acudiendo a ti. En los casos en que no puedas atenderlos, explícales qué estás haciendo y emplázalos a otro momento.
2º.- No les etiquetes. Nunca les digas “es que eres muy tímido” o “eres demasiado torpe”. Es preferible hacerles ver cómo le vemos o le notamos: “te siento distraído o triste o estresado”.
3º.- “No llores”. Nunca les impidas expresar sus sentimientos, aunque tampoco les permitas que estos se “enquisten” o les impidan avanzar.
4º.- Nunca les compares. Intenta sacar los mejor de cada uno, todos tenemos cualidades y aptitudes.
5º.- “Tú puedes hacerlo mejor que eso”, es preferible “Me gusta más si lo haces de esta manera”.
6º.- Nunca amenazar. Por varias razones, entre ellas el hecho de que luego tenemos que cumplir la amenaza o esto se convierte en un juego que de nada sirve.
7º.- “Ya verás cuando llegue papá/mamá/tu hermano/Fulanito a casa”. Evidentemente, no podemos convertir al otro en un ogro, ni perder nuestra propia autoridad.
8º.- “Date prisa”. Antes de que se produzca la situación de tensión cuando hemos de hacer algo y nuestro hijo no acabó lo que estaba haciendo, es preferible planificar y llegar a acuerdos con él. Y, por supuesto, hacerle razonar el por qué de la necesidad de cumplir horarios.
9º.- “Buen trabajo” o “¡Qué bueno eres!”. En realidad, es preferible: alabar sólo lo que requiera un esfuerzo real; ser específico en lo que está bien (“me gustan esos colores que has usado”, “qué bien que has cumplido el horario”...); y no confundir la alabanza del comportamiento, con la alabanza al niño. Hemos de alabar lo que ha hecho, no a él.

Bueno, y con esto, podemos comenzar curso.
¡Bienvenidos a 3º de ESO y que Dios reparta suerte!

Cómo ayudar a mis hijos con los deberes.

Errores que no debo cometer

Más allá del debate en torno a los deberes, debemos ser conscientes de lo que NO debemos hacer si ayudamos a nuestros hijos en casa. Aquí os dejo un interesante artículo al respecto:
 Los diez errores más comunes

Cómo sobrevivir a la adolescencia de los hijos

Pautas de diálogo para los problemas de padres e hijos

'Disfrútalos ahora porque, cuando lleguen a la adolescencia, se acabó'”. Advertencias como ésta unidas a la imagen social que se tiene de los adolescentes como irresponsables, rebeldes y conflictivos hacen que a muchos padres se les pongan los pelos de punta cuando sus hijos inician la pubertad. Los hijos adolescentes pueden turbar la paz familiar y suponen un nuevo reto en la educación de los hijos. En el siguiente enlace puedes encontrar algunos consejos esta nueva etapa.

EN CASA LOS SABE PERO SUSPENDE EL EXAMEN

Muchos padres y madres con quienes hablo me hacen la misma consideración: "¡cómo es posibole que le tome la lección en casa, y se la sepa, y cuando llega al examen, suspende!".
Navegando por la red encontré este interesante artículo sobre ello. Léanlo y después saquen sus propias conclusiones.
En casa lo sabe, en el colegio, no

USAR LA RED DE FORMA SEGURA Y SANA

Yo añadiría un consejo undécimo: "Comparte con tus hijos Internet"

 

LEER PRENSA EN FAMILIA 

Ahora que vamos a empezar a trabajar la prensa en nuestra aulas, es buen momento para que las familias reflexionen sobre la necesidad de leer prensa con sus hijos.
¿Para qué?
¿Para qué leer la prensa en familia? on PhotoPeach

 MANUAL DE SEGURIDAD EN INTERNET

http://www.papasehijos.com/2012/05/05/tranki-paps-manual-de-seguridad-en-internet-para-ninos/

"UNA SIESTA DE DOCE AÑOS" CARLES CAPDEVILLA (PERIODISTA)

Este texto me llega por correo electrónico y considero que puede ser de ayuda a los padres de mis alumnos adolescente. Quizás podamos entender mejor nuestras funciones y así, colaborar mejor en nuestro objetivo: hacer mejores a nuestros alumnos/hijos.

Educar debe de ser una cosa parecida a espabilar a los niños y frenar a los adolescentes. Justo lo contrario de lo que hacemos: no es extraño ver niños de cuatro años con cochecito y chupete hablando por el móvil, ni tampoco lo es ver algunos de catorce sin hora de volver a casa. Lo hemos llamado sobreprotección, pero es la desprotección más absoluta: el niño llega al insti sin haber ido a comprar una triste barra de pan, justo cuando un amigo ya se ha pasado a la coca. Sorprende que haya tanta literatura médica y psicopedagógica para afrontar el embarazo, el parto y el primer año de vida, y que exista un vacío que llega hasta los libros de socorro para padres de adolescentes, esos que lucen títulos tan sugerentes como Mi hijo me pega o Mi hijo se droga. Los niños de entre dos y doce años no tienen quien les escriba.

Desde que abandonan el pañal (¡ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchas del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, los padres hacemos una
cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar y nos desentendemos hasta que toca irlos a buscar de madrugada a la disco. Ahora que al fin volvemos a poder
dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, hacemos una siesta educativa de diez o doce años.

Alguien se estremecerá pensando que este período es precisamente el momento clave para educarlos. Tranquilo, que por algo los llevamos a la escuela. Y si llegan inmaduros a primero de ESO que nadie sufra,
allá los esperan los colegas de bachillerato que nos los sobreespabilarán en un curso y medio, máximo dos. Al modelo de padres que sobreprotege a los pequeños y abandona los adolescentes nadie los podrá acusar de haber fracasado educando a sus hijos. No lo han intentado siquiera. Los maestros hacen algo más que huelga o
vacaciones, y la educación es bastante más que un problema. Pido perdón tres veces: por colocar en un título tres palabras tan cursis y pasadas de moda, por haberlo hecho para hablar de los maestros, y, sobre todo sobre todo, porque mi idea es -lo siento mucho- hablar bien de ellos. Sé que mi doble condición de padre y periodista, tan radical que sus siglas son PP, me invita a criticarlos por hacer demasiadas vacaciones (como padre) y me sugiere que hable de temas importantes, como la ley de educación (es lo mínimo que se le pide a un periodista
esta semana).

Pero estoy harto de que la palabra más utilizada junto a escuela sea ‘fracaso’ y delante de educación acostumbre a aparecer siempre el concepto ‘problema’, y que ‘maestro’ suela compartir titular con ‘huelga’.

La escuela hace algo más que fracasar, los maestros hacen algo más que hacer huelga (y vacaciones) y la educación es bastante más que un problema. De hecho es la única solución, pero esto nos lo tenemos muy
callado, por si acaso. Mi proceso, íntimo y personal, ha sido el siguiente: empecé siendo padre, a partir de mis hijos aprendí a querer el hecho educativo, el trabajo de criarlos, de encarrilarlos, y, mira por donde, ahora aprecio a los maestros, mis cómplices. ¿Cómo no he de querer a una gente que se dedica a educar a mis hijos? Por esto me duele que se hable mal por sistema de mis queridos maestros, que no son todos los que cobran por hacerlo, claro está, sino los que son, los que suman a la profesión las tres palabras del título, los que
mientras muchos padres se los imaginan en una playa de Hawái están encerrados en alguna escuela de verano, haciendo formación, buscando herramientas nuevas, métodos más adecuados.

Os deseo que aprovechéis estos días para rearmaros moralmente. Porque hace falta mucha moral para ser maestro. Moral en el sentido de los valores y moral para afrontar el día a día sin sentir el aprecio y la
confianza imprescindibles. Ni los de la sociedad en general, ni los de los padres que os transferimos las criaturas pero no la autoridad. ¿Os imagináis un país que dejara su material más sensible, las criaturas,
en sus años más importantes, de los cero a los dieciséis, y con la misión más decisiva, formarlos, en manos de unas personas en quienes no confía? Las leyes pasan, y las pizarras dejan de ensuciarnos los dedos de tiza para convertirse en digitales. Pero la fuerza y la influencia de un buen maestro siempre marcará la diferencia: el que es capaz de colgar la mochila de un desaliento justificado junto a las mochilas de los alumnos y, ya liberado de peso, asume de buen humor que no será recordado por lo que le toca enseñar, sino por lo que
aprenderán de él.

Carles Capdevila / Periodista.

PADRES DE ADOLESCENTES

A continuación les presento un extracto de "Cómo ayudar a sus hijos durante los primeros años de la adolescencia", que pueden consultar en
Sea parte de la vida académica de su hijo y: establezca reglas generales para su hijo al principio del año académico; conozca las reglas de la escuela para la tarea escolar; ayude a su hijo a organizarse; proporcione un ambiente en el hogar que propicie el aprendizaje; y manténgase interesado en la escuela de su hijo. Cuanto más visible es usted, más podrán los educadores comunicarse abiertamente con usted.
Es durante los primeros grados de la escuela secundaria que los adolescentes sientan las bases para el hábito de la lectura durante toda la vida. A continuación se ofrecen consejos para ayudar a su hijo a ser un buen lector:
· Encárguese de que su casa tenga mucho material de lectura apropiado para su hijo;
· Aliente a su hijo a usar la biblioteca;
· Sea un modelo positivo respecto a la lectura;
· Pregúntele a los maestros de su hijo cómo promueven o enseñan ellos la lectura;
· Averigüe cómo ayudar a su hijo si su lengua materna no es el castellano; y
· Busque ayuda para su hijo si él tiene dificultades en la lectura.
· Cuando usted anima y apoya a su hijo lo ayuda a fortalecer y desarrollar su autoestima.

¿CÓMO AYUDO A MI HIJO EN EL INSTITUTO? DECÁLOGO PARA PADRES 

Todos los años, durante los más de viente años que llevo en la enseñanza, me encuentro familias que desean colaborar con nosotros, los profesores del instituto, cuando sus hijos (nuestros alumnos) empiezan a tener malos resultados. Todos los años, me entrevisto con padres y madres que no saben cómo hacer para -sin abandonar sus trabajos y, por supuesto, sin "meterse en las aulas"- comprobar qué hacen sus hijos en clase y que deben hacer en casa. Todos los años, descubro que los padres y madres confían ciegamente en unos adolescentes a los que no han/hemos enseñado a responsabilizarse de sus acciones. Todos los años, muchos alumnos consiguen convencer a sus familias de que "no tienen deberes para casa". Todos los años. Y todos los años les descubro a los padres las fórmulas mágicas:
1º.- Revisad los cuadernos de clase (deberán contener resúmenes y ejercicios, organizados diariamente) 2º.- Pedid a los hijos que rellenen un cuadrante trimestral con las fechas de los exámenes y sus contenidos (los profesores no improvisamos: todas nuestras decisiones están previamente programadas)
3º.- Compradles una agenda anual (hay miles en el mercado) y obligadles a usarla.
4º.- Revisadles la agenda todos los días.
5º.- Utilizad la agenda como canal de comunicación con los profesores.
6º.- Tened a la vista el horario de clase y preguntadles qué han hecho en tal o cuál asignatura de ese día. Comprobad que en la agenda han apuntado los deberes.
7º.- Haced una visita al tutor, al menos, una vez al trimestre.
8º.- Llamad por teléfono -en horario de atención- a los profesores para comprobar, de vez en cuando, la veracidad de las informaciones.
9º.- Castigad las mentiras y engaños de vuestros hijos.
10º.- Premiad los logros de vuestros hijos.

 DIEZ IDEAS PARA HACER LECTORES 

Compartir:  El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, novela, cómics, en Internet...
Acompañar: El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
Proponer, no imponer: Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
Respetar: Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
Dar ejemplo: Las personas adultas somos un modelo de lectura para niños y jóvenes. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
Estimular, alentar: Cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de nuestros hijos.
Escuchar: En las preguntas de los niños y los adolescentes está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
Pedir consejo: El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
Ser constantes: Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
Organizarse: La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...

LECCIÓN UNO, POR EL JUEZ DE MENORES DE GRANADA


 

LECCIÓN RÁPIDA DE PSICOLOGÍA INVERSA



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